El subdirector de la Fundación La Caixa, Marc Simón, ha declarado ante el juez en relación con el patrocinio de la Cátedra de Transformación Social Competitiva, dirigida por Begoña Gómez, esposa del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez.
En su comparecencia, Simón defendió la decisión de financiar esta cátedra, argumentando que encajaba perfectamente con los programas de responsabilidad social de la fundación. Sin embargo, esta declaración ha suscitado interrogantes sobre los motivos y la transparencia del patrocinio, lo que ha llevado a una investigación más detallada sobre la relación entre la fundación y la Universidad Complutense de Madrid (UCM), donde se imparte la cátedra.
¿Por qué la Fundación La Caixa decidió patrocinar la cátedra de Begoña Gómez?
Marc Simón explicó ante el juez que la decisión de financiar la cátedra se basó en la alineación de los valores del proyecto con los programas de inserción sociolaboral de la Fundación La Caixa. Este programa, que tiene como objetivo facilitar la contratación de personas en situación de vulnerabilidad, incluyendo jóvenes ‘ninis’ (ni estudian ni trabajan), inmigrantes, personas con discapacidad y expresidiarios, busca crear oportunidades para aquellos que más lo necesitan.
La idea de la cátedra fue presentada a Simón por la propia Begoña Gómez en 2020, dos años después de que ambos se conocieran en un foro del Alto Comisionado para la lucha contra la Pobreza Infantil. Según Simón, el proyecto encajaba perfectamente con los principios de responsabilidad social que guían a la fundación. Esto llevó a La Caixa a apoyar financieramente el proyecto durante los siguientes cuatro años.
El Proyecto de Transformación Social Competitiva
La Cátedra de Transformación Social Competitiva, dirigida por Begoña Gómez, tenía como objetivo principal fomentar la innovación social y promover una visión competitiva en el ámbito de la transformación social. Este enfoque, según explicó Simón, resonaba con los orígenes de las cajas de ahorros y con el propio programa ‘Incorpora’ de la fundación, que se enfoca en la integración laboral de personas con dificultades.
Simón defendió que la conexión entre el proyecto y los valores de La Caixa era clara. Además, señaló que la cátedra se presentó como una oportunidad para avanzar en los objetivos de responsabilidad social que la fundación promueve desde hace años. Esta coincidencia de intereses fue uno de los factores determinantes que llevaron a la financiación de 60.000 euros, distribuidos en cuatro pagos de 15.000 euros, a lo largo de los cuatro años de duración de la cátedra.
El papel de Begoña Gómez y su relación con la Fundación La Caixa
La implicación de Begoña Gómez en este proyecto no fue una sorpresa para La Caixa. Según Simón, la esposa del presidente ya dirigía otro máster en fundraising en la UCM, lo que reforzó la confianza de la fundación en la viabilidad y legitimidad del proyecto. En todo momento, según el directivo, la propuesta fue evaluada cuidadosamente por el comité de dirección de la fundación, del cual él mismo era miembro.
Simón también aclaró que nunca mantuvo reuniones con Begoña Gómez ni con Pedro Sánchez en Moncloa, lo que refuerza la idea de que la decisión de financiar la cátedra se basó exclusivamente en el mérito del proyecto y en su alineación con los objetivos de la fundación, y no en relaciones personales o políticas.
Evaluación y seguimiento del proyecto
Durante su declaración, Simón subrayó que la financiación de la cátedra se realizó de acuerdo con los procedimientos establecidos y que el desarrollo del proyecto fue seguido de cerca por una comisión mixta encargada de supervisar los convenios firmados por la fundación. Según su testimonio, la cátedra atrajo a 248 alumnos, una cifra que, sin embargo, fue cuestionada por el juez Juan Carlos Peinado. Según el testimonio del profesor Luis Miguel Ciprés, el número de alumnos en la cátedra fue considerablemente menor, con aproximadamente quince alumnos por año.
Ante esta discrepancia, el juez pidió a Simón que entregara un informe que respalde la cifra de alumnos que mencionó, dándole un plazo de 10 días para presentar la documentación. A pesar de esta diferencia en los números, Simón mantuvo que el proyecto fue evaluado positivamente y que la fundación estaría dispuesta a seguir financiándolo en el futuro.
¿Un caso aislado o parte de una estrategia más amplia?
La Fundación La Caixa ha financiado numerosas cátedras en otras universidades, como la Universidad de Lleida y la Universidad de Vic, lo que demuestra que su apoyo a la educación y la investigación es parte de una estrategia más amplia de responsabilidad social. Simón mencionó que la fundación ha firmado «miles de convenios» con diversas entidades para promover proyectos que están alineados con sus objetivos, por lo que el patrocinio de la cátedra de Begoña Gómez no es un caso excepcional.
No obstante, el escrutinio en torno a este patrocinio ha generado preguntas sobre si la relación personal entre Begoña Gómez y su papel como esposa del presidente pudo haber influido en la decisión de financiar el proyecto. Hasta el momento, no hay evidencia que sugiera que hubo algún tipo de favoritismo, y tanto Simón como la fundación han mantenido que el apoyo al proyecto fue completamente transparente y basado en criterios objetivos.